Salía a la calle, se ponía la capucha y soñaba con las hojas
de otoño. Evitaba miradas, se quería más que nunca en la acera y se reía.
Pensaba “la vida es tu amiga, no tu enemiga” y echaba a correr. Se acordaba del
futuro en un árbol y su fruta, tan puta, no la sabía responder. No tengas miedo
decían, aprende a conformarte contaban, pero lo que ellos no sabían es que
volaría… Algún día volaría cuando el otoño se hubiera ido y cuando sus pasos
los decidiera ella, y no la vida, que no era tan amiga como pensaba. Que la
vida es un pasaporte para irse a cualquier parte, que esto no va de colegas
tía.
Ante la mirada atónita de los que nunca creyeron en ella. Con que creyese en sí misma ella, sobraba y bastaba.
"Nada me han enseñado los años, siempre caigo en los mismos errores..." - Chavela Vargas.
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