miércoles, 14 de diciembre de 2011

Podría hablar de él y otras mentiras

Podría hablar de él. Podría hablar de su pelo desdeñado, descuidado y sin retoques, llamándole vago desde ahí arriba, podría hablar de su boca, de la comisura de sus labios, dónde se esconde toda su esencia, cuando se ríe y del calor que desprenden sus dientes matizando eso que dicen que se llama perfección, de sus ojos oscuros cuando me miran fijamente, cuando me buscan o los busco. 
Podría hablar de sus pestañas, que le destacan (o será que me encantan cuando le miro de perfil o cuando esconde sus ojillos en un leve pestañeo, o baja la mirada ) podría hablar de su nariz, cuando me roza con ella la mejilla sin querer y me vuelvo loca, sin querer también. Podría hablar de las veces que quiero bajar la mirada hacia el suelo y estamos muy juntos y tengo miedo a derretirme. Podría hablar de sus orejas, de lo que me gusta dibujarlas con los labios y que escuche muy cerca mi respiración y mis comentarios estúpidos  románticos. 
Podría hablar de la textura de su cara cuando la recorro con mis besos, de su cuello, diana perfecta para mis caricias y enredos, podría hablar de la línea perfecta que forman sus hombros, rozando el cielo con su sencillez, de su espalda cuando me abrazo a ella y parece que estoy abrazada al mundo, de la seguridad que me proporciona recorrer con mis manos toda su columna vertebral mientras su aliento me devora por dentro, podría hablar de su voz cuando me canta, cuando me habla y de su astuto oído para evitar las cosas que no quiere escuchar. 
Podría hablar del dibujo perfecto de su silueta en la oscuridad. Podría hablar de las arrugas de su camiseta recién planchada cuando pasa mucho tiempo escuchando a ese escritor, del que no quiero hablar. 
Podría hablar de lo que me emociona y me encanta cuando todo su conjunto de perfecciones (de las que me tiraría hablando horas) se ponen de acuerdo para darme seguridad y confianza y yo no puedo hacer otra cosa que mirarle sonriendo mientras me muero por subirme de nuevo a ese mundo al que me lleva y que traspasa todo lo terrenal. 
Podría hablar de él, pero no lo voy a hacer... Porque en realidad nunca estuve enamorada de ese chico. 


2009

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